El Libro de las Revelaciones

 

La predicción del siguiente pasaje no aparece ser tan fortuita, quizá indicando por qué los Anunnakis no cumplieron su promesa de volver en los tiempos de Jesús.  El reino no fue restaurado de la forma que había sido prometido. En vez de ello, apareció una nueva religión con la visión de establecer el Reino de Dios en la Tierra.  Con ella vinieron las profecías en relación a ‘la siguiente ocasión’. Dentro del Libro de las Revelaciones (Apocalipsis) hay referencias entre las que se pueden distinguir a la estrella oscura.

Tal como Nibiru trajo catástrofe a la Tierra en forma del Diluvio alrededor del 11.000 A.C. así también ciertas profecías hablan de futuros desastres que acompañan la Segunda Venida del Señor. En Apocalipsis 12; 1-4:

“Una gran señal apareció en el cielo, una mujer vestida del sol,  con la luna bajo sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas. Estaba preñada, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Y apareció otra señal en el cielo, un Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. (1)

La mujer preñada en el cielo es claramente Sirio, y esta es una cita del antiguo mito egipcio  de Isis. La luna está a sus pies, implicando que la escena es observada de arriba hacia abajo, con la eclíptica bajo Sirio. Esto podría significar el ‘nacimiento’ retrógrado del Hijo celestial. Las 12 estrellas en la corona son las estrellas menores de la constelación del Can Mayor. En vez del nacimiento del Mesías Celestial, sin embargo, la visión se aleja de Nibiru y sus lunas en un aspecto mucho más malevolente. En vez de Horus, tenemos a Seth.

Loa textos de la antigua religión sumeria describen a Nibiru como ‘el Señor’,  y  pienso que este fue un emblema empleado por los primeros cristianos, los que parecen haber bien comprendido este material, pero cuya derivada religión se alteró irreconciliablemente por las reformas del cristianismo en los siglos siguientes que realizó la Iglesia Romana.  Dado eso, puede resultar útil intentar tomar el sentido de esos versículos.

En sus enseñanzas finales antes de Su ascenso, presumiblemente de vuelta al Cielo, se dice que Jesús prometió volver a la Tierra, antes del Apocalipsis, y salvar a sus fieles llevándolos al Cielo. Esto se suponía debió suceder durante el tiempo de vida de los primeros seguidores,  algo que fue malentendido, o simplemente no ocurrió. Como tal, la profecía del Armagedón ha permanecido con nosotros durante los siglos. Está unida con la aparición del ‘Satàn’ celeste, que aparece  semejante a un ‘gran dragón rojo’. Hemos visto la imaginería del ‘dragón’ empleada para describir la estrella oscura, y aquí la tenemos completa con 7 cabezas y 7 coronas, que podrían indicarme sus 7 lunas.

“Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. Son también siete reyes; cinco han caído, uno es,  y el otro no  ha llegado aún. Y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo.”  Apocalipsis 17: 9-10

Las siete colinas son una alegoría de 7 montañas celestes, o planetas, en el sentido que Alan Alford lo ha estudiado en profundidad. (2). La mujer sentada en las ‘colinas’ podría indicarme la presencia de vida en estos satélites, de manera similar como Gaia es la deidad de la Tierra. Los 10 cuernos son menos fáciles de explicar en términos astronómicos,  y el Libro de las Revelaciones indica que son reyes que han de venir a reinar.  Esto refleja el verso superior en relación a los 7 reyes, de los cuales 5 ya han reinado.  Esto podría correlacionarse con los reinos individuales de los Reyes-divinos de cada Estrella, u órbita de Nibiru. ¿Me pregunto si estas interpretaciones hacen referencia al número de pasadas niburianas ya ocurridas, de la misma forma que los reinos semi-divinos en las listas de reyes sumerios y egipcios aluden a las pasadas del Señor Celestial? ¿En cuyo caso, cuál pasada es aquella que habla de desastre?

 

El versículo que contiene la referencia a la cola atrapando la tercera parte del cielo de cierto trae un cometa a la mente. La cola descrita es vasta.  La línea también describe una caída de las estrellas a la Tierra.  Esto ya sea un bombardeo de meteoritos, o el movimiento de los cielos visto desde la Tierra. Es posible que ocurra otro cambio del eje de la Tierra, con una repetición del ‘cielo cayendo’. ¿Es que el sentido general de esto señala un fenómeno astronómico asociado con la estrella oscura Nibiru?  Pienso que sí, y el lazo entre esta visión de Armagedón y el retorno del Mesías afirma la idea en mi mente. En la religión cristiana, la dualidad es entre Cristo y Satán.

Mientras Satán destruye el mundo físico, los fieles son elevados espiritualmente por Cristo.

El Libro de la Revelación contiene mucho detalle en relación a la ‘Bestia’ y el ‘Dragón’, lo que presumo es una descripción de la Estrella roja, el ‘planeta’ Nibiru. Hay también muchas referencias a los siete ángeles, que son los siete satélites de Nibiru. La Bestia es a la vez el número 8, y también uno de los 7:

“Y la Bestia que era y ya no es, hace el octavo, pero es uno de los siete, y camina hacia su destrucción.”  Apocalipsis 17; 11

 

La Bestia es la enana café, un ‘planeta’ que alguna vez brilló con luz propia en sus orígenes. Ahora sólo irradia poca luz visible, y es una estrella oscura. Es técnicamente la octava estrella de la configuración, aunque su presencia es realmente la esencia de las 7 ‘estrellas’ planetarias (lunas), como se define el sistema Niburiano.

El número usualmente asociado a la Bestia es 666. En su libro ‘The Cosmic Code’  (EL Código Cósmico), Zecharia Sitchin ha explorado el significado de esta figura numérica empleando los métodos de la  Gematría.

Especula él que el significado de la figura tiene poco que ver con la palabra latina LATEINOS, que describe al Imperio Romano, y en cambio se deriva del hebreo SiTRO, que significa ‘su secreto’ o ‘su asunto escondido’ (3).

Sitchin entonces muestra un lazo con la cuenta derivada de Súmer de la Batalla Celestial en la forma de Salmos 18:


”La tierra fue sacudida y vaciló,
 retemblaron las bases de los montes
una humareda subió de sus narices,
y de su boca un fuego que abrasaba.
Se puso como tienda un cerco de tinieblas,
tinieblas de las aguas, espesos nubarrones”  Salmos 18: 8-12 

 

Sitchin no termina ahí   Tomando los nombres bíblicos de los planetas de la Batalla celestial,   Tehom Rabah, Sitchin concluye:   

“… entonces un acercamiento numérico al enigma del ‘666’ sugeriría que el Libro de la Revelación estaba hablando del Retorno del Señor Celestial en un re-decretamiento de la Batalla Celestial; ya que la suma total de los valores numéricos de Az (‘entonces’) + Tehom + Rabah es 666” (3)    

Puede estar en lo cierto, como veremos. Zecharia Sitchin por lo general  rema alejado de la mitología cristiana, pero esta referencia del Libro de  Revelaciones a una enseñanza secreta en relación a Nibiru señala con fuerza que la religión cristiana misma se basa en tales enseñanzas secretas.  Las referencias directas que se hallan en al Apocalipsis comienzan a tener  mucho sentido cuando se tiene en mente la imagen del rojo Señor Celestial con sus 7 lunas satelitales.

 

El Origen de ‘Satán’

 

Esta naturaleza dual en el mito judeo-cristiano entre la Estrella Mesiánica y un Anticristo celestial, Satán, refleja  la mis a dualidad empleada por los antiguos egipcios.  Ya hemos visto como la estrella oscura puede tomarse como el Horus Mesiánico, o el demonio de cabello rojo Seth. Una aislada secta  kurda mantiene una creencia en ‘Shaitan’, así como una fuerte tradición conectada con el Diluvio. Los Yezidis habitan las tierras altas de Turquía oriental y creen que Shaitan es la “verdadera fuerza del poder divino en el mundo, y que ellos mismos son descendientes de Seth, el tercer hijo de Adán” (4). 

De la misma forma como se redujo el antiguo ‘Shumer’ a ‘Súmer’, Shaitan puede ser acortado a ‘Saitan’. Es notable que esta antigua e incluso bizarra tradición se mantenga, dada la persecución que han sufrido los Yezidis por su ‘veneración a Satán’. Pero la conexión con el Diluvio y el encallamiento del Arca de Noé en las mismas montañas, puede darnos una visión de cómo un ‘Satán’ celestial estaba en primer lugar conectado con el Diluvio

 

La Naturaleza del Apocalipsis

 

La naturaleza del Apocalipsis, causado por un tránsito de Nibiru a través de la zona planetaria, puede adquirir una cantidad de formas. Un análisis honesto de las interacciones planetarias generadas diría que el paso cercano de Nibiru causaría directamente un ‘tilt’ de la Tierra, o incluso una salida orbital de nuestro planeta, por la interacción gravitacional.  Pero esto parece poco probable por la distancia, aún si se trata de una ‘oposición’ celeste. Es cierto que Nibiru pasa más acá de la órbita de Júpiter, y que se trata de un cuerpo grande  Pero se sabe que incluso un alineamiento de los planetas conocidos no genera tal efecto gravitacional, ¿de modo que por qué lo haría la pasada de Nibiru por el cinturón de asteroides?  Su efecto gravitacional no será significantemente mayor que el de Júpiter.  Esto ha permitido a muchos estar a desacuerdo con los argumentos de Sitchin acerca de los poderosos efectos gravitacionales de Nibiru en la Tierra, particularmente cuando Sitchin ve a Nibiru mucho más pequeño que mi percepción. Hay un par de puntos que señalar que pueden generar un efecto gravitacional directo y que deben ser tomados en cuenta.

Primeramente, los planetas del sistema solar se hallan ubicados de forma ordenada, en el mismo plano, la eclíptica. Plutón es la excepción, pero su naturaleza pequeña lo hace poco influyente. Los planetas se hallan también espaciados regularmente y describen órbitas bastante circulares.  Las fuerzas entre los planetas y el Sol fluyen en dos dimensiones, a lo largo del plano eclíptico. La órbita de Nibiru no es de este tipo para nada. Posee una muy elongada órbita, mucho más inclinada eclípticamente que Plutón. Su músculo gravitacional trabajará sobre la Tierra en tres dimensiones, no en dos., y potencialmente ejercerá fuerzas a lo largo del vector perpendicular al de los demás planetas. Esto podría dar pie a cierta creencia en el sentido que Nibiru podría afectar a la Tierra por su fuerza gravitacional. Sin embargo, la evidencia en el sistema solar tiende a negar este argumento. Marte, por ejemplo, debería mostrar una órbita mucho más errática. El escrito de Hills también aporta hallazgos teóricos que nos muestran cómo una pequeña enana café afectaría las órbitas planetarias al atravesar la zona planetaria:

“Por la ausencia de daño en las órbitas planetarias, resulta evidente que ningún objeto de la nube de Oort tan masivo como 0.05M (masas solares) ha atravesado el sistema planetario desde la disipación de la nebulosa solar. Debido a que el cambio en la excentricidad es proporcional a l amasa intrusiva Mi, cualquier intrusión de objetos desde la nube de Oort con masas menores de alrededor 0.02M = 20 masas de Júpiter no hubieran generado un efecto notable en las órbitas planetarias.                                                                                                   

Uno o dos de tales intrusos podría atravesar el sistema planetario y nada notable perturbaría las actuales órbitas de los planetas (a menos que suceda que un intruso tenga un improbable encuentro con uno de los planetas, o a menos que su perihelio Rmin sea mucho menor que el eje semimayor de los planetas"

M* es la masa del Sol. Como al Perturbador, nuestra enana café Nibiru, se le ha calculado tener sólo algunas veces la masa de Júpiter, queda dentro de los límites impuestos por Hill. Como tal, no alterará la órbita de los planetas a menos que tenga un ‘improbable encuentro cercano’, el cual es altamente improbable dado que su perihelio se halla aproximadamente en el cinturón de asteroides.  De modo que Nibiru no afectará adversa y directamente a la Tierra.

 

Pero  las ‘energías de vendaje’ de los planetas proporciona una perspectiva diferente de cómo los planetas pueden afectar sus órbitas unos a otros, y en esa idea podemos encontrar una clave  de la ‘caída del cielo’.  De vuelta, esto podría indicar cómo la Tierra  podría de nuevo ser afectada por el tránsito perihelional de la estrella oscura. Si la órbita de Nibiru es inestable, y así lo parece en verdad, entonces los cambios podrían afectar de forma poderosa a los demás planetas.

Si los Anunnakis  están habilitados para discernir la configuración del sistema planetario solar cuando ocurra la siguiente pasada de Nibiru, y esto no parece ser una suposición irrazonable, entonces son capaces predecir cuando  se presentarán problemas. Notablemente, esto depende mucho del alineamiento planetario, visto desde la Tierra.

Permítanme explicar. Si Nibiru transita una casa zodiacal durante su perihelio (ya sea Leo/Cancer o Tauro/Aries) y en momento hay planetas en esas constelaciones, entonces el alineamiento indicaría una conjunción con tales planetas.  Esto no ajusta necesariamente para Mercurio y Venus, pero no es probable que estos planetas interiores hagan alguna diferencia con Nibiru. Los verdaderos jugadores son Júpiter, Saturno, y posiblemente Urano y Neptuno, o incluso Marte.  Cuando Nibiru se alinea con alguno de estos planetas mientras transita el sitio donde se halle el planeta, entonces su inestable órbita podría resultar afectada por la cercanía del cuerpo planetario en cuestión.  Podría experimentar una pequeña acción de disparo de honda, y esto podría alterar su órbita una vez más. El conocido y estable planeta sería probablemente menos afectado debido a que se mantiene en una configuración orbital estable y es ‘pastoreado’ por el Sol.  Nibiru es lejos más errático, y un pequeño empujón podría potencialmente generar una diferencia orbital mayor, como muestran los cálculos de Hill (5). Un cambio orbital de Nibiru cambiaría su energía de vendaje y así, las energías de vendaje de los demás planetas.  Por lo tanto, el ‘cielo caería’. Sin llegar cerca de la Tierra, Nibiru podría causar un daño masivo a la órbita terrestre y su medio ambiente. 

Desde la perspectiva de los observadores en Tierra, los alineamientos zodiacales de los planetas durante la pasada perihelional de Nibiru tienen gran importancia. La Astrología adquiere entonces un completamente nuevo significado.  Las configuraciones planetarias durante el paso perihelional indicarían de antemano el destino que sufriría la Tierra.  Los planetas en oposición unos a otros implicarían un tránsito pacífico de la estrella oscura,  pero los planetas en conjunción podrían potencialmente llamar al desastre. Sospecho que aquí es donde los ‘12 planetas’ adquieren un real significado. Nibiru ofrece la clave para comprender la antigua astrología, y potencialmente nos conduce a conclusiones temerarias acerca del trabajo de astrólogos y visionarios como Nostradamus.

Si el Libro de las Revelaciones establece la naturaleza de la siguiente órbita, entonces  hallaremos el siguiente pasaje de gran interés:

 “Pero uno de los Ancianos me dice: ‘No llores; mira, ha triunfado el león de la tribu de Judá, el Retoño de David; él podrá abrir el libro y sus siete sellos.”   Apocalipsis 5: 5

Esta referencia al León se hace en conjunción con el ‘Retoño de David’ (la ‘estrella’) y la rotura de los siete sellos (la aparición de las siete estrellas de Nibiru):

 “Yo, Jesús, he enviado a mi Ángel para dar testimonio de lo referente a las iglesias. Yo soy el retoño y el descendiente de David, el lucero radiante del alba.” Apocalipsis 22: 16

 

De modo que Jesús es igualado al Retoño de David, y es la brillante estrella del alba. Es la representación humana de la Estrella Mesiánica. Sabemos bien que Nibiru atraviesa la eclíptica en Cancer, moviéndose desde Leo mientras los hace, y la relativa posición de Nibiru en la constelación depende la posición de la Tierra relativa al Sol y Nibiru en ese momento.  Que ‘los siete sellos sean rotos’ mientras Nibiru transita Leo es bastante probable, ya que las lunas comienzan a aparecer mientras Nibiru se acerca al perihelio. Este pasaje establece  el escenario para lo que viene.

El Apocalipsis está atado al Cordero, el cual se iguala a Cristo. Pero el Cordero también podría ser una referencia astronómica, enlazando Nibiru con la constelación de Aries. Nibiru atraviesa Aries mientras abandona el viaje perihelional para abandonar el sistema solar, y esto ocurre cuando de nuevo Nibiru corta la eclíptica. De la misma forma que Orión se asocia con la pasada ‘Diluvial’ de Nibiru, Aries parece estar asociado con el paso del futuro Apocalipsis.  La lucha entre el Cordero y el dragón, o bestia, parece referirse al tránsito de Nibiru por Aries, y el desastre  derivado. ¿Está Júpiter en Aries en ese momento?

“Seguí mirando y había un Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían  escrito en la frente el nombre del cordero y el nombre de su Padre.”   Apocalipsis 14:1

¿Acaso el Monte Zion se refiere a uno de los planetas, posiblemente Júpiter o Saturno, situados en Aries mientras Nibiru asciende hacia la constelación desde el Duat? La cantidad 144.000 no es una referencia al número de humanos seguidores de Cristo, sino a años.

144,000 es divisible por una órbita Niburiana de 3.600 años en exactamente 40, y así este verso alude a 40 órbitas de Nibiru.

La Batalla celestial del Apocalipsis como se halla descrita en el Libro de la Revelación es un asunto complejo. Parece describir los mismos hechos una y otra vez, dando la impresión de una sucesión de hechos, cuando debería ser un listado de unos pocos movimientos celestiales. Por ejemplo, el dragón es arrojado del cielo, y esto puede aludir a su caída al Duat, o a la caída del cielo durante la batalla ocurrente. Hay una gran lucha entre el bien y el mal, antes que la bestia sea finalmente vencida. Pero su desaparición en el abismo es por sólo 1.000 años y esto podría señalar un cambio mayor en la órbita de Nibiru como resultado de esta nueva Batalla celestial:

“Luego vi un Ángel que bajaba del cielo y tenía en su mano la llave del abismo y una gran cadena. Dominó al Dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al abismo, lo encerró y puso encima los sellos, para que no seduzca más a las naciones hasta que se cumplan los mil años.  Después tiene que ser soltado por poco tiempo.”  Apocalipsis 20: 1-4

Después de este período de mil años, durante los cuales la paz de Cristo reina en la Tierra, y los mártires cristianos han sido resucitados, el ‘dragón’ celestial vuelve de su celda en el abismo. Entonces le sigue el Día del Juicio. Los seguidores de Cristo encuentran un nuevo hogar en el Cielo, donde la luz del Sol y la Luna ya no son más requeridas. Esta visión celestial termina la Profecía, quizás aludiendo a la vida eterna en el sistema de Nibiru.

El Libro de la Revelación puede ser interpretado de muchas maneras. Está lleno de imaginería colorida, y es difícil de llegar al fondo, pero hay referencias celestiales en él contenidas que parecen encajar bien con las viejas mitologías que anteceden al cristianismo. Las alegorías contenidas en este libro de profecías pueden haber fluido de aquellos mitos más antiguos  en relación al Disco Alado.  Más temible aún resulta la posibilidad que la astrología de Nibiru pueda haberles señalado a los antiguos que la siguiente pasada traería problemas.

 

  Written by Andy Lloyd, Abril 2001

author of 'The Dark Star' (2005), 'Ezekiel One' (2009), 'The Followers of Horus' (2010) and 'Darker Stars' (2019)

Translated by Enrique Pérez Porter

 

Referencias

1) Gracias a  P. Mistlberger,  Rowland BBS “Zecharia Sitchin” Abril/Mayo 2000

2) A. Alford  “When the Gods Came Down”  Hodder & Stoughton 2000

3) Z. Sitchin  "The Cosmic Code" pp166-8 Avon 1998

4) D. Rohl  “Legend: The Genesis of Civilisation” p146 Arrow 1998

5) J. Hills  “The Passage of a Nemesis-like object through the planetary system”  Astron. J. 90, 1876-1882,  1985

Imágenes:

1.Detalle de: 'Jerusalem' (c. 1804-1820, William Blake)

2.  La Bestia.  Tomado de alguna parte en la Net.  Imagen limpia, aunque es posible que no fuera lo que el autor del Libro de la Revelación tenía en mente…

3. "Los Veinticuatro Ancianos Deponiendo sus Coronas ante el Trono Divino” (c.1803-5, William Blake, Galería Tate, Londres)

4. Buch der Heiligen Dreifaltigkeit, cerca del Siglo 15 ("The seven planets, metals and virtues and assigned to his extremities, his body and his wound in his side" Alexander Roob, Taschen 2001)


   

Mil Años al Día…

 

Aquí hay algunos puntos adicionales aportados por Larry Schamber, quién considera posible que exista referencia codificada del  período orbital de Nibiru en el Libro de la Revelación. Un Día significa un Milenio, y por lo tanto las muchas referencias a 3,5 días aluden a una Era Niburiana:

"I'll give the 1000 years is a day first:

Salmos 90:2-4
[2] Antes que las montañas fueran engendrados, antes que naciesen tierra y orbe, desde siempre hasta siempre tú eres Dios. [3] Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: <<”Volved, hijos de Adán”>>. [4] Porque mil años a tus ojos son como el ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.

Incluyo lo que sigue porque mediante conexiones que no puedo explicar con claridad, creo que podría ser una profecía del retorno de Cristo. El ‘en la cuarta vigilia de la noche’ podría ser interpretado como un paso de 3,5 veces = 3,5 años Divinos = 3500 años.  Si esa es la clave entonces el resto de la interpretación ocurre con facilidad…

EL mar = abismo = el arco visible del firmamento = el cambiante futuro (el mar es como el futuro, fluido, en flujo y siempre sujeto a cambio)…  Inolvidable de esta analogía podemos ver el significado de Jesús caminando sobre las aguas:: Jesús caminando en el cielo. Un objeto maravilloso en el cielo podría ser Nibiru.

Rev. 11:9  Y gentes de los pueblos, razas, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres tres días y medio; no está permitido sepultar sus cadáveres.

Rev. 11:11-13 Pero, pasados los tres días y medio, un aliento de vida procedente de dios entró en ellos y se pusieron de pie, y un gran espanto se apodero de quienes los contemplaban. [12]  Oí entonces una fuerte voz que les decía desde el cielo: <<Subid acá>> Y subieron al cielo en la nube, a la vista de sus enemigos. [13] En aquella hora se produjo un violento terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y con el terremoto perecieron siete mil personas. Los sobrevivientes, presa de espanto, dieron gloria al Dios del cielo.

Algo para pensar."

Larry
5 Noviembre 2001

 

El Trono de Hampton

 

Greg Jenner ha investigado el enigmático ‘Trono de Hampton’ y se pregunta si acaso se podría enlazar el simbolismo del Disco Alado y la anticipación de la segunda Venida de Cristo

"Andy,

Pienso que podrías interesarte en esto:

Puse mis manos en un interesante libro llamado “Time’s Arrow Time’s Cycle - Myth and Metaphor in the Discovery of Geological Time” por: Stephen Jay Gould. Copy-rite 1987, Harvard University Press.

En la página 181 Gould menciona una persona llamada James Hampton que era un afroamericano originario de Carolina del Sur y que más tarde se convirtió en cuidador de edificios en Washington D.C. (1909-1964). Comenzando en 1931 recibió ‘instrucciones’ de los ángeles para construir un trono para la segunda venida de Cristo y así fue que ensambló 177 piezas para este ‘espacioso trono de Cristo’. Eventualmente él murió en 1964 pero dejó algunas piezas de arte muy inusuales que pueden ser vistas en el Museo Nacional de Arte en Washington D.C.

Lo que capturó mi atención fue el recurrente tema de una esfera con alas distribuidas en su creación. ¿Dónde hemos visto esta simbología antes? Lo que resulta más asombroso es que el libro completo está dedicado al CICLO DEL TIEMPO, y la ESFERA ALADA del trono de Hampton es un gran ejemplo de esto.

¿Estaba Hampton visualizando Nibiru? ¡Yo lo creo!

 

De Greg Jenner, 16 Marzo 2004